LA RADIONOVELA, EL HITO EN LA COMUNICACIÓN DE MASAS DE AMÉRICA LATINA.
Un artículo periodístico reseñaba un informe que evaluaba la actuación de una agencia de inteligencia. Concluía irónicamente, en que hubiera sido mucho más efectivo leer los diarios al completo, todos los días; que implementar algunas acciones de espionaje -algo estrafalarias- en la convulsa latinoamérica de los 70-80.
El derecho de nacer, la radionovela de 1948, fue un hito que mostró, la existencia de un mercado potencial que escapaba a las fronteras nacionales de Cuba, y que las poblaciones de los distintos países eran lo suficientemente flexibles, para asumir las particularidades de cada forma de hablar el español en los distintos países de A.L. Es decir el gran mercado.
La televisión consolidó la experiencia de éxitos continentales, no importara fueran argentinos, peruanos, mexicanos, venezolanos, y en algún momento brasileños -doblados primero en Lima, luego en USA en un español estándar-.
La gran producción brasileña, en algún momento cayó en lo que ya se había sumido la telenovela latinoamericana, el estereotipo de rico y pobre, con ascenso social y final feliz con matrimonio con el galán de turno. Debemos decir, también, que en algún momento las grandes producciones mexicanas ayudaron a sensibilizar en temas de población, natalidad y alfabetización.
Es de ver que durante los ochenta, en los momentos más duros de la crisis de la deuda, el estereotipo era el que se producía con unos recursos ingentes; pero cuando eso no bastó, -dicen las malas lenguas- que ex-profeso se recrearon los argumentos para dar vida a la telenovela de la realidad, tus micromiserias personales recreadas a niveles de alucinación.
Este modelo fue exportado y comprado por algunas grandes cadenas de televisión continental, para focalizar la atención de ese público entregado, en temas y formas que devastaban la conciencia y dejar de lado aspectos más integrales de sus propias sociedades.
Finalmente, esa latinoamérica más emocional, que perseguía a los actores que representaban al padre en el Derecho de nacer, hasta golpearlos y castigarles por lo malos que eran. Han ido dejando fuera de los primeros lugares a los antiguos estereotipos y premiando relatos que integren -algo- las realidades emergentes, que los actores marginalizados de la historia oficial, hagan parte de manera activa en los nuevos argumentos de las telenovelas.
Al grito de "Al fondo hay sitio", del transporte privado de Lima, no se dejaba a ningún usuario en tierra, maximizando la capacidad del vehículo en un 200%. Ese es el título de una telenovela peruana que lleva ocho años en el aire, contando las aventuras de un país con una potente emergencia social. No hay Tips, es historia, sociología, antropología y compartir la emoción para leer, más allá del texto.