JUNTOS, CONVERTIR EN PEDAZOS
Octavio Paz hace esta reflexión "no sabemos en donde empieza el mal, si en las palabras o en las cosas, pero cuando las palabras se corrompen y los significados se vuelven inciertos el sentido de nuestros actos y de nuestras obras también es inseguro. Las cosas se apoyan en sus nombres y viceversa"
Las palabras crean o nos narran la realidad, si solo queda asociada o reducida a un tipo descrito por el código penal o las Convenciones regionales contra la corrupción, o la de Naciones Unidas. Corrupción en una de sus acepciones nos remite a "romper algo entre dos, destruir conjuntamente su integridad" gestionar la putrefacción del cuerpo, la institución, las relaciones humanas.
Perder los significados, libera inconscientemente de la responsabilidad: como personas, como parte de una ciudadanía, o un grupo profesional o de oficios. El reproche social deja de existir, ante algo que ha perdido contenido; el primer paso a la ponderación de la persona que configura el tipo penal.
Cuando algunos estados tiran la toalla y repiten There Is No Alternative -TINA- (https://irenediezangulo.blogspot.com.es/2016/12/tina-no-hay-alternativa-your-mother.html) ante un ajuste estructural, destruyen conjuntamente la integridad, visión, objeto, definición de la institucionalidad. La descomposición que se genera, en muchos casos causa muerte.
Reflexiones de la corrupción de la que somos parte, para proponernos como parte de esas nuevas definiciones de lo que creemos que pueda ser el estado, o en su defecto otra institución que sea marco de nuestro devenir, con tantas opciones si sabemos gestionarnos, nuevos paradigmas entre la tecnología y lo que pensamos y sintamos que podamos llamar humano.
Seguramente se trata de una coherencia con lo que nos hace sentir la vida, que es capaz de dejar que el miedo siga alimentando nuestra rendición.
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