CONVIVAMOS II

TODAS LAS SANGRES

En Perú, con todas las disonancias, es posible percibir que el mestizaje es un proceso que se recrea; desde lo más profundo a lo más externo.  También se puede observar, que ello no es un ejercicio de a dos ( sociedad de acogida y el acogido), sino todos a la vez y a veces sin saber quién es quién en cada momento.

Cada persona, cada grupo nacional es único; con ingentes matices, saberes, sentires.  Se identifica libremente y se define de manera arbitraria; la colisión sucede cuando reducimos esas totalidades al tamaño de nuestros prejuicios, las expectativas creadas se cumplen, se achaca al otro lo que llevamos en la cabeza.

La migración japonesa irrumpió en un escenario feudal, una huelga que exigía un adelanto que les permitiera poder comprar fuera del "negocio" de la hacienda, volvió a su tiempo histórico ese anacronismo. Tilsa Tsuchiya Castillo, padre japonés, madre descendiente de chino; una de las pintoras excepcionales del mundo, nacida en Perú  ..."su aporte consistió en forjar potentes imágenes de la hibridez -entrecruzando claves autobiográficas y puntos de convergencia cultural- que aparecen ante nosotros como percepciones exacerbadas de enigmas esenciales a la condición humana; la identidad que asoma de la obra Tilsa es un encuentro con lo universal"..

El tiempo, la convivencia nos hizo apropiarnos mutuamente; el ceviche ya es un plato mestizo de por si, en una vuelta más tiene una versión peruano-japonesa "tiradito". Si Cuba tuvo su generación Y, el nombre Hiro fue top; Hiro Pérez, Hiro Huamán, y con todo el cariño, siempre nos hemos honrado con un amigo, una amiga "ponjita".  Perú sin ese rostro, sin esa sangre, es menos Perú.

Pero este siglo nos trae una dinámica, una ligereza y capacidad de integrar muchos procesos en tiempos y espacios diversos. El relato en el siguiente video, nos permite una perspectiva sobre la ciudadanía y la diversidad muy actualizada.