jueves, 6 de septiembre de 2018

UNA LARGA NOCHE

CAMINAR QUE NO PUEDO VOLVER



Iniciar tu viaje de una zona de clima tropical y cruzar el páramo a pie, sin estar debidamente protegido de las inclemencias del clima. Las otras y los otros, creo que casi todos los países de Sudamérica hemos padecido los desastres generados por administraciones mesiánicas que intentaban cuadrar la realidad al discurso. 

La población civil bombardeada por las medidas económicas -esas recetas mágicas que hacen crecer la acumulación de algunos con la desacumulación de los otros- Hace menos de 25 años, el destino del dorado era Venezuela, ese buque insignia del desarrollismo a punta de petrodólares. 

La civilización frente a la barbarie del punto muerto que enfrentaban algunos países con hiperinflaciones que efectivamente licuaban a cada segundo el valor de la moneda nacional que tenías en el bolsillo.

La tragedia que sufre la ciudadanía, y la respuesta de la ciudadanía, me conmueve especialmente la de la zona fronteriza colombo-venezolana, por que esas personas que ofrecen su hospitalidad padecieron tanto la violencia instalada en la zona, a pesar de todo, la humanidad.

 
Primo Levi en alguna entrevista explicó la vulnerabilidad en la que se encontraban las personas, cuándo les preguntaban porqué no pelearon por su libertad en aquellos campos de concentración.  Quizás sea también porque la ciudadanía no va armada, etc, etc; no utiliza psicosociales.

Hace 200 años Bolívar trajo venezolanos a Perú para batallar por su independencia criolla, se quería crear la Gran Colombia, y hoy qué se ha hecho; Perú tiene a un porcentaje importante de su población sumida en la anemia, pero tiene excelentes resultados en su estadística económica.

Una larga noche sobre las espaldas de las humanas razones